EL AJEDREZ.
Puede encuadrarse en el numeroso grupo de deportes en el que esfuerzo físico ocupa un papel secundario y la relación del deportista con el éxito depende más de otras habilidades. Se trata de un deporte de precisión, pero con un marcado aspecto competitivo.
Es el de más larga tradición e historia entre las personas ciegas del mundo. Partiendo de la reglamentación internacional para personas que ven, los jugadores ciegos han propuesto a la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) pequeñas adaptaciones para conseguir un juego completamente practicable por parte de los discapacitados visuales.
No se trata, pues, de un deporte concebido para que los ciegos puedan competir entre sí, sino de un deporte milenario hacia el que este colectivo se ha acercado históricamente en busca de mayores horizontes personales y deportivos.
Se trata asimismo de una actividad muy igualitaria, porque el ajedrez para ciegos se disputa en una sola categoría, sin distinción entere ciegos y deficientes visuales, ni discriminación entre hombres y mujeres, ni por grupos de edades.
Existen campeonatos específicos para categoría femenina, o para categoría infantil, pero ambos tienen, además, libre acceso a todos los torneos "senior" sin restricciones ni ventajas.
La capacidad de todos los grandes jugadores tienen para disputar partidas "a la ciega", es decir, sin tablero delante, demuestra hasta qué punto los resultados en ajedrez están muy poco relacionados con las condiciones físicas y visuales.
Todas estas características han configurado un deporte con un alto nivel de exigencia por su decidida vocación de integración.
Material del juego.
1) Un tablero adaptado que tiene los cuadros negros ligeramente más altos (de 1 a 2 milímetros) que los blancos, para cada casilla resulte perceptible al tacto. Este tablero debe tener al menos 20 cm. de lado. Los tableros más pequeños fueron prohibidos por la FIDE porque la mano del jugador ciego podría cubrir toda la extensión del tablero y hacer imposible su visión para el árbitro. Pese a esta flexibilidad en la elección del tablero adaptado, la tendencia, en los países donde el ajedrez para ciegos está más desarrollado, es elegir tableros semejantes en tamaño y modelo a los utilizados en cualquier torneo para personas que ven.
2) Un orificio en el centro de cada uno de los 64 escaques. En él se insertan las piezas.
3) Las piezas tienen -como prolongación de la base- un pequeño vástago por medio del cual las piezas quedan sujetas a las casillas. Este es el sistema ideal para que los jugadores ciegos pueden tocar las piezas sin derribarlas ni desplazarlas involuntariamente.
4) Las piezas negras tienen -generalmente en lo más alto- una cabeza de clavo que las distinguibles, al tacto, de las blancas.
5) El reloj de ajedrez es un artilugio con dos mecanismos que marchan alternamente. Cuando un jugador mueve una pieza, acciona un pulsador que detiene su tiempo y pone en marcha el del contrario. Así hasta el final de la partida.
6) Para anotar las partidas las personas ciegas utilizan hasta 4 sistemas diferentes:
6a) Su material habitual de escritura (pauta, papel braille y punzón);
6b) Máquinas portátiles para escribir en braille;
6c) Grabadoras, que suelen utilizarse conjuntamente con el ábaco. En la grabadora se dicta la jugada que se hace y con el ábaco se controla el numero de jugadas realizadas en cada momento;
6d) Braille´n Speak (Braille Hablado) o similares. Una agenda electrónica con sintetizador de voz, donde los datos se introducen mediante el teclado braille y se recuperan a través del sintetizador de voz.
En este capitulo, el reglamento establece la obligatoriedad de anotar las partidas, pero no establece prohibiciones ni preferencias entre unos u otros sistemas.
La proliferación de curiosos sistemas para anotar las jugadas o controlar su número antes del control es de los aspectos más llamativos y peculiares en un torneo para ciegos.
Redactor: Jose Manuel G.
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